viendo correr el río.
Cada uno con sus pensamientos
en un profundo silencio
solo roto por el bramido de las aguas.
Las miradas perdidas como hipnotizadas
veían el romance de las almas
danzando sin mojarse
sobre la húmeda corriente.
Sabía de tu presencia,
o quizás la presentía
pero estaba tan absorto
perdido en las aguas del río
que sin olvidarme que te quería
no fui capáz de romper mi asombro
ni robarte de tu silencio.
Quizás volabamos solos
por los sueños de nuestras conciencias
con el amor puesto en las aguas,
disfrutando como las dos almas
danzaban sobre el río.
Daniel Valdman.
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