viernes, 3 de febrero de 2023

Progreso

Se fue la energía.
La ciudad quedó sumida
en un increíble caos.
Los hombrecitos de los semáforos
se llevaban por delante
aunque fueran solo sombras.
Las bocinas y los claxon
aturdían a la gente
creyendo que con el sonido
iban a encontrar un espacio.
Los agentes de tránsito
no daban abasto
y el mundo desesperado
que caminaba por los andenes
tratando de llegar 
a tiempo a sus trabajos
tropezaba y se caía
a sabiendas que no podría
cumplir con los horarios.
Aullaban las sirenas
y los pacientes en las ambulancias
más enfermos se ponían
con semejantes sonidos
contagiándose de la histeria
que en la ciudad se vivía.
Las personas apuradas
con el afán de llegar a sus tareas
ni siquiera pensaban
que no podrían hacer nada
pues las máquinas no funcionaban
al faltarles la energía.
De golpe, la luz se hizo
y comenzaron a brillar
el rojo, el verde y el amarillo
dirigiendo las direcciones
que  habían perdido
los esclavos del progreso.
Daniel Valdman.