donde la imaginación alcanza,
porque el sentimiento
es tan profundo
y tan cargado de ansias
que no basta el abrazo o el beso
para expresarlo.
Entonces te veo
y me transporto
a un pasado remoto
recorriendo el tiempo
que no vivimos.
Juventudes que pudieron
haber sido
pero que el destino engañoso
demoró esos instantes
para traernos al ahora
donde te miro y te sueño
y en el otoño de los días,
te sigo amando.