con la mirada fija
buscando el infinito,
los ojos inmóviles
tras no se qué fantasía
porque tu alma de artista
nunca se detiene.
Y miro en ti
lo bella que eres
como si estuvieras esculpida
en lo mejor de la naturaleza.
Y de repente,
dando un brinco a la existencia,
vuelves a mi presencia
para compartir tus imaginaciones.
Siento que soy parte de tus sueños,
quizás la más real de tus meditaciones
y te abrazo y te beso
mostrándote que todo es posible.
Y soñamos juntos corrigiendo detalles
en los viajes astrales
que hacemos por el universo.
Nos montamos a estrellas
entre viejas canciones
mientras las manos vuelan
dibujando en el aire
la hermosura del paisaje
que ambos concebimos.
Y así, alejándonos de realidades
nos amamos entre sueños.
Daniel Valdman