La amanecida fue tardía
porque me quedé
abrazado a los sueños.
Es que soñaba contigo
entre campos florecidos
y con millones de aves.
Eran tan hermosos
tu sonrisa y el paisaje
que aún lo llevo en la piel
como si no hubiera sido
la creación de un sueño.
Y ahora que estoy despierto,
seguro de no estar dormido,
sigo soñando contigo
en el Edén de nuestro universo
que juntos, tomados de la mano
recorremos el camino
de la vida.