Tras las nubes
se imagina su presencia
pero el egoísmo de la niebla
no lo deja hacer su trabajo.
Brilla la escarcha
en el día nublado
y la sensación de frío
se hace más intensa.
La helada en los campos
trae las consecuencias
de la cosecha tardía
por la crueldad del invierno.
Hay que esperar,
aún es largo el día
y cuando la escarcha se derrita
habrá agua para la tierra.
Y así es la vida,
deseando que mejore el clima
y en la situación precisa
iniciar la cosecha.
Se ha sembrado más que frutos,
actitudes, pensamientos,
caricias con amor,
palabras de aliento.
No solo araron las manos
sino que también entregaron
ayuda al necesitado
y se recibieron sonrisas a cambio.
El manto de la amistad
cayó abonando las almas
dejando surcos de esperanzas
de que la cosecha saldrá buena.
Si, aún el Sol se esconde
por el egoísmo de la niebla,
pero su luz se adivina
por más espesas que sean las tinieblas.
Daniel Valdman.