martes, 18 de abril de 2023

Vendaval

Fue un diluvio
con toda su orquesta.
Truenos, rayos y centellas
que hicieron vibrar las almas.
La lluvia no se saciaba
y sus gotas gruesas dolían.
Un castigo parecía
más que una tormenta.
La ciudad se quedó quieta
pues transportarse no se podía
mientras la gente corría
tratando de refugiarse
en cualquier alero que hallasen.
Hasta el romance se quedó quieto
pues tan fuerte los estruendos
que en los cuerpos dio miedo
y no hubo caricia que alcanzase
a superar el momento.
La espera fue muy larga
hasta que volvió la calma
aunque siguió durando el tormento
por la experiencia pasada.
Y por más que acariciase tu cara
y que te estreche en un duro abrazo,
tu cuerpo aún temblaba
no se si por el miedo
o por quedarte a mi abrazada
y quizás continuar el romance
que por un instante
truncaron las aguas.
Daniel Valdman.