sábado, 19 de junio de 2021

Madrugando

Son las tres de la mañana.
Aún no asoma el alba
y ya estoy comenzando el día
mientras tu, plácida dormida
disfrutas de los sueños
a los que no puedo acompañarte
porque la labor obliga.
Me tomo unos segundos para mirarte,
te acomodo las cobijas,
a las que te aferras
cuando mi calor no es bastante
o en momentos como este,
en que debo marcharme
mientras lucho contra el destino
porque quisiera quedarme
para disfrutar tu perfume,
para aspirar tu mismo aire
y pegar mi cuerpo al tuyo
para nunca separarme.
Si, son las tres de la mañana,
se me está haciendo tarde
y con un beso en la mejilla
te deseo un buen día
y te robo un poquito de tu alma
para que me acompañe en la jornada
que recién ahora inicia.
Daniel Valdman