tuve un día sacro
poniendo todo mi entusiasmo
en limpiar la conciencia
esa, que de tanto en tanto
se llena de pesadas cargas.
Estuve con amigos
que hacía tiempos no veía
y nos llenó de alegría
volver a encontrarnos.
Otros se ausentaron
cada uno con su motivo
y nos dimos cuenta
que algunos ya están en otra vida.
Estrechar las manos cálidas,
recibir y dar las mismas sonrisas.
Estrecharnos en abrazos
en emociones compartidas
sintiendo que la amistad
es nuestra mayor ganancia.
Disculpa que ayer no estuve,
he limpiado mi conciencia
y hoy vuelvo con nuevas ansias
para decirte que te he extrañado
aunque haya estado en buenas manos
y no pude contigo compartirlas.
Daniel Valdman.
