antiguo guardián del tiempo
donde se ven las cicatrices
que fueron dejando las circunstancias
donde dolores y alegrías
fueron dejando sus marcas,
para que la memoria no olvide
lo que se ha vivido
y de que el tiempo pasa.
El espejo,
reflejo de una mirada
que le cuesta verse a los ojos
quizás, para no encontrarse el alma.
Juzgado, juez y escribano
de todas las andanzas
con un solo culpable,
inocente de mil batallas
sin argumento ni palabras
que justifiquen su comportamiento.
La realidad está allí,
justo frente a la mirada
que mira sus mismos ojos
de toda una vida pasada
sin tener otro testigo
más que el que se mira a si mismo
en ese neutral reflejo
con el temor de ver en sus ojos
todo lo que ha vivido
sin darse cuenta que acaso,
solo es un espejo.
Daniel Valdman.
