de que quizás mañana
sea un mejor día.
Que tomados de la mano
nos perdamos en el campo
donde florece la alegría
entre violetas y margaritas,
entre besos y abrazos.
Correr entusiasmados
como si estuviéramos volando
encontrando a cada paso
motivo para festejar la vida.
Una rosa, un colibrí
y una ansiedad de sentir
liberados los sentimientos
para besarnos, para amarnos
en la libertad del campo abierto
iluminados por los cielos
que son cómplices y testigos.
Ay amada mía
cuanto valor tienen los sueños
que forjamos en este lecho
mientras enredamos los cuerpos
entregando todo el cariño.
Y mientras ya perdidos
en la inmensidad de los tiempos
nos seguimos deseando, amando
y sobre todo soñando
que mañana será un mejor día.
Daniel Valdman