para los grandes cambios.
Las secuencias trascendentales
ocurrieron antes de que nazca
y ya no puedo ser
el héroe de alguna batalla
o algún loco descubriendo
el elixir de la eternidad.
A la Luna ya todos le escribieron
sin dejar espacio en blanco
para dedicarle algún párrafo
que se pueda grabar en la historia.
Ya fue violada por el pie humano
y por eso no inspira ningún sueño.
Pero hay algo de por si nunca se acaba
que es el poder del sentimiento.
Agudo, mordaz, profundo e intenso
que nos hace ser eternos
en alguna caricia
o en la pasión de los besos,
quizás con otros nombres,
quizás en otras generaciones
o quizás justo ahora que te recuerdo
mientras floto en mis divagaciones
y te sigo amando
como en los primeros tiempos.
No, no seré un héroe de batallas
ni tampoco un científico loco
pero el poder del sentimiento
me dio la pauta
del por qué he vivido
y he nacido para amarte.
Daniel Valdman.
