de acechar con sus gélidos vientos
dejando todo blanco por escarchas y nieves.
No llegan a alcanzar los mantas
para soportar la batalla
con el hogar encendido,
apretando tu cuerpo al mío
compartiendo calores ya vencidos
por la indolencia del tiempo.
Surgen caricias de primaveras,
compartiendo los sueños de otros días,
cuando las suaves y tibias brisas
nos acompañaban por los caminos
bordeando aveces ríos
mientras nos cantaban en su recorrido
con la nota más alta en las cascadas.
Pero ahora hace frío
y los sueños no alcanzan,
aunque los usemos como mantas
y el Sol aún no haya salido.
Daniel Valdman.
