La noche hace estragos en mi sueño
y me mantiene despierto
aunque así no lo quisiera.
No hay voluntad en la conciencia
que lucha y desespera
para estar en brazos de Morfeo.
No soy dueño de este cuerpo
que abandona el lecho
para no despertarte
y refugiarme en un rincón
para contarte
lo mucho que te quiero.
Porque tu eres mi sueño
con tu sonrisa, con tus gestos.
Con tu hablar para adentro
que a veces no entiendo
y me causa gracia
que hables con tus pensamientos.
Y en esta noche de insomnio
mientras tu estás dormida,
te acomodo las cobijas,
como si fuera una caricia
porque eres lo que más quiero.
Daniel Valdman
