sábado, 7 de septiembre de 2024

Hambre

Árida está la tierra.
Impredecible la cosecha
por las lluvias que no llegan
y los frutos nacen pobres
por la falta de tormentas.
Cavan los animales
buscando hierbas frescas
y la humanidad con sus palas
trata de llegar a la humedad
que se esconde.
Dura lucha 
que va perdiendo esperanzas.
Las mesas cada vez más vacías
porque no hay siembras ni cosechas
y el rocío no alcanza
pues se evapora antes 
de tocar los campos.
No hay rezos que valgan
ni súplicas con promesas.
Solamente un sol radiante
que a las semillas seca
y el sudor por más que se gaste
hace inútiles los sueños
de quienes labran la tierra.
Algún día, algún día
caerá la lluvia fresca
inundando los ríos y cañadas
alegrando las almas
de los que tanto han implorado
para llenar sus mesas y cocinas
alimentando al labrador
y a las ciudades
y sobre todo saciar el hambre
que nosotros mismos
hemos creado.
Daniel Valdman.