mientras caminamos por la playa
tomados de las cinturas.
Nos acompaña la luna
en esta noche estrellada
vistiéndose de gala
sirviendo de testigo
en este inmenso cariño
que con el tiempo hemos logrado.
Son cuatro las huellas que vamos dejando
que borrarán las olas
en su danza permanente
al igual que nuestra historia
que día a día iniciamos nuevamente.
Cuántos años han pasado,
cuántos pasos hemos dado
para seguir amando como nos amamos
mientras ya los cabellos canos
nos cuentan que hemos vivido.
Y si algún día cualquiera
me toque ir a la otra vida,
al nacer nuevamente desearía
volverme a encontrar contigo
y así amarte eternamente
volviendo a caminar por la misma playa,
con el mismo concierto de las olas
y con la luna como testigo.
Daniel Valdman
