te mostré derecha e izquierda.
Cada paisaje que alegra
y también que entristece.
Vimos la balanza de lo cierto e incierto
buscando nuevas posibilidades.
Observamos juntos escaleras
de las que suben y de las que bajan.
Nunca fui tu bastón
y a veces, quizás tu guía;
porque siempre quise que desarrolles
el poder de decisión.
Y hoy, hecha mujer
y grande como persona,
siento el orgullo de haber gestado
lo mas grande que la vida me dio.