martes, 13 de diciembre de 2022

Fiestas

No hay aroma 
de sidra y pan dulce en las calles.
No hay puestos de golosinas
o de juguetes vendiendo sueños.
Desapareció el espíritu de las fiestas
entre avaricias usureras
y contagios de pandemias.
La humildad esté más cara,
las sonrisas no se destacan
y un rictus de angustia
se adivina en cada rostro.
Tristes fueron las festividades pasadas
y las venideras no serán menos,
como si la gente se olvidara
que se celebra el amor, 
la alegría, la sorpresa
y el motivo más grande
es iniciar nuevas esperanzas.
Me duelen estas fiestas
porque no son como antes
con su aroma a chocolate,
a vino fresco
y a galletas del horno recién sacadas.
Si, eramos felices esos días
y ahora con los recuerdos en lejanías
cómo le explico a mis nietos
que antes las fiestas eran con alegría.
Que comenzaban un mes antes
y que entre todos se contagiaban
sin tapabocas en las caras
y siempre con la sonrisa en los rostros
estrechándonos las manos
entregando los mejores deseos.
Antes eran las fiestas
donde salían a festejar las almas.
Daniel Valdman.