Soy humano,
con todos los defectos,
con todas las virtudes
que la vida me ha dado.
Con la paciencia y sabiduría
que he ganado
y con las ilusiones
que se han caído.
Pero al entrar
al jardín de tus caricias,
al enredarte con mis brazos
cogiendo tu cintura,
al ver tus ojos cálidos
llenos de amor y ternura,
dejo de ser humano
para convertirme en espíritu.
Y aunque creas que soy el mismo,
soy otro ser,
lleno de locuras y fantasías.
Cargando toneladas de besos y caricias
para contagiar tu alma
con la felicidad que me creas.
Si, soy humano
y también soy distinto
cuando te tengo entre mis brazos
sabiendo que te amo.
Daniel Valdman
