sábado, 21 de noviembre de 2015

Batalla

Corre por mis venas 
la sangre de mil valientes
que en momentos elocuentes
afrontaron la vida.
Con sus armaduras y gallardía
nunca se arrepintieron
de los combates que hicieron
buscando la paz Divina.
Entre lanzas atacaron
otras formas de combate
que venían desde el cielo,
desde la tierra, desde los mares,
poniendo el corazón en juego
en cada uno de los embates.
Hasta que llegó la luz,
nunca se supo de donde,
que abrazó pieles, almas y sensaciones
transformando cada arma
en un cúmulo de flores.
Y todos los guerreros de mi sangre
se inclinaron generosos
a los rayos de ese fuego
que iluminaba todo.
Se acabaron los combates,
renunciaron a las armas
y con toda la paz y la calma
al amor se dedicaron.
Porque esa razón encontraron
en el gesto abierto
de tus brazos al abrazarme.
Daniel Valdman