Hoy he soñado contigo. Fue un sueño suave, tranquilo. Las imágenes transcurrían en valles llenos de colores, con nubes violetas, con jardines amarillos mientras veía en la profundidad de tus ojos ese mar de amor inmenso donde me sumergía con pasión. Sentí tanto calor surgir de mi pecho que una ráfaga de viento me llevó a abrazarte y sentí en ese instante que tu y yo somos uno. Y al despertarme comprobé, teniéndote a mi lado que el sueño se ha realizado compartiendo contigo la misma vida, en el mismo lecho y quizás, con los mismos sueños.
La caricia no habla pero dice todo. Enternece la mirada, inunda el pecho y suscita sentimientos que estaban guardados. Tiene el poder del alma que casi nunca se muestra y hace que nuestra cara tenga una expresión distinta. La caricia dice amor, dice amistad, dice cariño sin ningún vocablo para no perder su sentido. La caricia es el don de quien la entrega y el tesoro de quien la recibe. Y por ello amor mio, no te lleno de palabras, simplemente, te acaricio.