y cada vez que uso el arma
es para herir a un hermano
con del mismo lenguaje,
de la misma raza,
con familia en ambos lados
cuando no existían fronteras.
La independencia nos ha condenado
a una guerra como esta
donde las balas se disparan
con mucho de vergüenza
y el sabor en el aire
de que si no disparo me matan.
Sin razón y sin conciencia
continúa la batalla
con el estallido de granadas
y el zumbido de las balas
haciendo histéricas las almas
para conquistar o no ser conquistados.
Y tu, entre escombros y pertrechos
guarecida en lo profundo de mi pecho
me das fuerza y coraje
para volver pronto a tu lado.
Quisiera todo abandonarlo
para acurrucarme contigo
en lo más cálido del nido
que juntos hemos creado.
Y mientras tu corazón me aguarda,
sigo esquivando las balas
en esta guerra fratricida.
Daniel Valdman.
