dándole su calor a mis manos
mientras la mente divaga
con el espectáculo de la mañana
viendo pasar abrigada a la gente
tras la ventana del café que me proteje.
Cada cual tendrá su historia.
Todos con los mismos afanes
caminando rápido gastando baldosas
consumiendo minutos indispensables.
Nadie nota mi presencia.
Para todos soy inadvertido
mientras ellos son los personajes
siendo yo el único testigo
en el teatro de sus vidas.
Humea la taza en mis manos
y en su vapor eleva lo que imagino.
Cada cual con un motivo distinto
apurando el paso, quizás por el frío,
tratando de ganar segundos
para poder llegar temprano
a las citas, a las filas, a las colas
que al final se unirán
a los que están esperando.
Estoy en el café imaginando
como el único espectador de este teatro
que los afanes hacen a la vida.
Daniel Valdman.