no se si para darles
la última despedida
o para reconstruirlas.
O quizás para encontrar
entre tantos escombros
los valores que han dejado
por culpa de la guerra.
Puede ser cualquier cosa,
un sombrero, una muñeca
para que la niña siga jugando
a que la vida es bella
compartiendo con el juguete
sus ilusiones y fantasías.
El enemigo se retira.
No se si es verdad o mentira
pero a medida que avanzamos
pisando la desolación que dejaron
entre cuerpos mutilados
teniendo nosotros que enterrarlos.
Y fueron jóvenes, casi niños
que los mandaron a una causa
que aún no me explico
dejando su vida en la batalla
que por la retirada
parece que hemos vencido.
Es muy triste disparar
y a la vez cavar con la pala
la última morada
que a todos aguarda.
Te cuento estas cosas mi amada,
para que sepas que en la vida
también conocí el infierno.
Daniel Valdman.
