sábado, 3 de agosto de 2024

Fe

Brilla el Sol en la pradera.
Las flores silvestres despiertan
regalando más color a la vida.
Lo que fue sembrado crece
y caminar por los campos 
es la maravilla
para agradecer a los cielos
de crear la naturaleza.
El amigo fiel me acompaña
corriendo tras las garsas
rompiendo la armonía
levantando su vuelo asustadas
poniéndole blanco al firmamento.
Pide la labranza que marque los surcos
para sembrar las semillas
que algún día serán los frutos
conque se llenarán las mesas.
Hace su trabajo el azadón en mis manos
y la tierra se levanta húmeda y negra.
como abriendo sus brazos
esperando la siembra
llena de amor, de sueños, de primaveras
con la esperanza que entregue
una muy buena cosecha.
Y llegas tu cargando la sesta
con el desayuno a cuestas
tratando de que no se enfríe
apresurando los pasos 
hacia el encuentro
y también trayendo
una sonrisa en tus labios.
Y ese es el mejor regalo
entre tanta belleza
que la flor más bella 
de la pradera
me puede haber dado.
Daniel Valdman.