Comienza la tierra a recuperarce
y pequeñas hebras van saliendo
al llamado del sol brillante.
Renace la vida al zumbido de las abejas
mientras libélulas y mariposas
buscan como alimentarse
tras haber superado
la crueldad de las tormentas.
Si, vuelve la vida en la naturleza
la que estamos abandonando
mientras ella persiste y nos tolera
a pesar que la estemos dañando
con nuestra avaricia.
Y al retornar en su quehacer cotidiano
nos muestra que no hay tesoro más preciado
que el de la propia vida,
esa, a la que cada día
la estamos golpeando.
Daniel Valdman.
