lunes, 5 de octubre de 2015

Verte

Tuve tu rostro entre mis manos
y no se saciaba el gozo de tenerte.
Cómo me complacía mirarte
que se reventaba el pecho
tratando de no apretarte
para meterte dentro mio
y que vivas en mi alma.
Cómo absorbí cada rasgo,
cada expresión , cada gesto
que aquí a la distancia aún lo siento,
como si no te hubieras apartado.
Y es tan grande mi angustia
para que vuelvas a estar a mi lado
y complacerme con tus palabras,
con tus caricias, con tu rostro
igual, que cuando lo tuve entre mis manos.

 Daniel Valdman