Quiero amarte, pero no con la pasión que aún nos queda, sino en el tiempo, cuando nuestros cuerpos ya marcados y las manos agrietadas todavía se unan caminando por la huerta que sembramos. Cuando las arrugas de las caras ya no sean capaces de mirarse en el espejo y esas mismas manos todavía estén dispuestas a la caricia. Cuando los labios lleguen a marchitarse y aún al verlos, deseemos besarlos. Cuando ya no seamos jóvenes al vernos y aún así, saber que nos amamos. Quiero amarte de esta manera, con el tiempo, con la vejez a cuestas y saberte a mi lado, como todo el camino que juntos hemos andado.
Buscando tu calor descubrí tu alma y el destello que me produjo iluminó todos los sentimientos. Que cosa mas bella, que ilusión tan pura, que mi alma se desnuda siendo tan sensible a la tuya. La ansiedad de unirme a ti se me hace indómita y la necesidad de abrazarte no se contiene entre los brazos, pues el corazón al tuyo quiere unirse y realmente, no puedo controlarlo. No es la piel que me excita ni la carne que me llama. Es lo que tengo en el alma que busca la tuya desesperada y hace que en estos versos escriba lo que siente al estar enamorada.