recuerdos extraños
que creía ocultados
entre tantos años.
Un beso perdido,
negar una mano
y algún adiós profano
que no he querido.
Me enjuicia la memoria
teniéndome aturdido
sin poder remediarlo
porque el tiempo ha pasado
y los creía perdidos.
Mucho me he equivocado
y no se si he aprendido
porque el juicio de la memoria
me dicta que debo pagarlo.
No puedo retroceder la historia
y hoy estoy arrepentido
de todo lo que no he dado
en el momento preciso.
Cuántas historias habrían cambiado
tan solo por una caricia
o por un abrazo
o poniendo la mano en un hombro
de alguien acongojado
diciéndole que no está solo,
que yo estoy a su lado.
O entregando una limosna
a quien estaba necesitado.
Si, hoy me culpo
y quizás la culpa
es ser humano.
Daniel Valdman
