viernes, 21 de enero de 2022

Caricias

Se enredan tus cabellos
en mis manos
y al desenredarlos
recorro tu cuerpo
desnudo y cálido
ansioso de encontrar
nuevas caricias.
No se detienen
mis manos pervertidas
pues no hay ningún juicio
que las reprima.
Todo está permitido
en el juego del lecho
y adoro tus gemidos
que me impulsan a ser
mucho más atrevido
aspirando tus suspiros
llevando al clímax el deseo.
Desaparece el tiempo.
La vida está
en el desespero de ambos cuerpos
tratando de satisfacer
lo que impulsan los sentimientos.
Y no hay caricia que alcance
y no hay suficientes besos.
Y en el torbellino del romance
vuelan los te amo y los te quiero
en un fragor de silencio
solo roto por los gemidos.
Y al final, por el cansancio ya rendidos,
en un abrazo nos mantenemos unidos
dándonos gracias
de habernos entregado todo.
Y justamente en ese instante,
mirándonos a los ojos,
sintiendo la ternura
conque las almas nos inundan,
es cuando realmente
comenzamos a amarnos.
Daniel Valdman