lunes, 12 de octubre de 2020

Motivo



No hay motivo
para que te escriba.
Pero pienso en tu sonrisa,
en la manera suave de acariciarme
y en el impulso que me dás cada día.
En la cena que compartimos
o cuando tendemos juntos la cama
o bien, cuando la desarmamos.
Te pienso cuando lees mis poesías
y alguna frase te ruboriza
o te quedas subyugada por un verso.
Te pienso cuando elegimos la comida
o cuando buscas que te abrace
aunque estemos en la cocina
y un mar de deseo nos invade.
Es verdad, no hay motivo para que te escriba
salvo las cosas pequeñas
de todos los días
en que juntos creamos un mundo,
en que amándonos hacemos la vida.
Daniel Valdman