en la cabaña
defiende el calor
ante el crudo invierno.
Pero mucho más lo defiende
nuestro sentimiento
al cruzar cada instante
nuestras miradas.
Compartir los quehaceres,
rozar nuestras ansias,
compartir los silencios
o llenarnos de palabras.
Sentir tu presencia
llenar todo el universo
que para mi es este,
tu, en esta casa.