y estamos solos.
Las ayudas nos llegan
por cuenta gotas
y a pesar de nuestra pobreza,
seguimos combatiendo.
Cuanto me hace falta
seguir creyendo en nuestros sueños.
No puedo bajar la guardia
mientras tus brazos me aguardan
y nuestro amor queda en silencio.
Lucho por el momento
en que tus labios me den un beso
y que ambos despertemos
de esta voraz pesadilla.
Cuán lejos estás amada mía
que mi mente te imagina
para sentirte más cerca
entre ráfagas de metralla
y ensordecedores cañones.
Resistir, resistir a los invasores
que ansían nuestro nido
solamente para destruirlo
porque para ellos
el amor es una plaga.
Y por eso, apunto bien mis balas
aunque realmente quisiera
que fueran ramos de flores
para convencer a sus tiradores
que el amor es la cura.
Daniel Valdman.
