sobre las flores aún dormidas
como un manto de caricias
para generar la vida.
Trata de cobijarte mi cariño
ante las inclemencias
rodeándote de comprensión,
silencios y caricias.
Porque al amor
hay que regarlo todos los días
y no importa que sea
invierno o primavera.
La hora de amar es esta
y te abro el alma
para que te metas en ella
y encuentres las respuestas
que tu espíritu ansía.
Toma mi mano,
aferrarte a ella.
Regálame tu sonrisa
que junto a mis caricias
haremos una vida nueva.