tantos deseos, tantos anhelos.
Cantidades de ideas
que no pueden llevarse a cabo
por causa de un encierro
que pretende salvar la vida.
Sacrificio de un momento
muy marcado en la historia
por encarcelar al amor,
al contacto, al abrazo, al beso
o al simple hecho
de estrechar una mano.
Somos libres
y estamos encerrados.
Y mi mente vuela
por jardines aún no visitados.
Por senderos que esperan
el peso de los pasos
y la alegría de tu sonrisa
al robarte una caricia
creando con nuestro sentimiento
otra realidad, otra vida
aislados del mundo
que no puede encerrar este idilio.
Daniel Valdman
