jueves, 17 de marzo de 2016

Inmensidad

Me quedé fuera 
mirando el cielo
y sentí que la noche
buscaba tu presencia.
Titilaban constantes
cada una de las estrellas
como llamándote a gritos
en este inmaculado silencio.
Porque no estás
para decirte que te quiero
ni para recibir
ninguno de mis besos.
Entonces,
te entrego mis caricias
en estos humildes versos
para que la luna y las estrellas
te las den en el camino
y recibas así el cariño
que mi alma por ti siente.
Mas profundo que el mar,
mucho mas que el abismo
y las constelaciones me dicen
que de noche, cuando te escribo,
se llevan las palabras
para ponerlas en tu cielo.
Daniel Valdman