martes, 2 de agosto de 2016

Sabiduría

La paz que tanto he buscado
la encontré entre tus brazos,
escondida en tus labios
y decorada con tu sonrisa.
Eres magia divina
que me sometió a tus encantos
y me llenó la vida
de renovadas esperanzas.
Eres el alma de la llama
que alimenta mis sentidos
dándole luz y brillo
a las tinieblas que me inundaban.
Te amo como nunca he amado
porque al transcurrir los años,
el amor ya es distinto.
Y hoy, aún sin estar vencido
por el tiempo acumulado,
soy consiente que te amo
por toda la historia que he vivido.
Daniel Valdman