profundizando más recuerdos,
como haciendo un balance
entre errores y aciertos
con sonrisas como premio
o con la angustia de los sinsabores.
Imposible revertir el pasado
o revivir las gratas experiencias.
Y de toda la historia, solo queda
lo que guarda la memoria
con sus alegrías y penas
o con esa sensación
al harizarse los bellos
por sentirla tan presente.
Cómo olvidar el sabor a manzana
de unos labios frescos y tiernos
degustándolos en unos besos
cuando el amor todo lo gobernaba.
Como olvidar las noches de invierno
cuando nuestros cuerpos eran la única manta
que nos defendían de la nieve que caía
entre las rendijas de la cabaña.
O del mar que en su cálida arena
hacía de toda la playa
el lecho testigo de nuestros deseos.
O la estación del tren donde las bienvenidas
creaban el olvido de las despedidas
que tras pocos días
llgarían a presentarse.
Avanza el calendario
y cada vez son más recuerdos
que se tienen acumulados
aunque sea ya tarde
para volver a vivirlos.
Daniel Valdman.