domingo, 5 de enero de 2020

Tarde

Cayó la tarde
y los primeros luceros me dicen
que está próxima la hora del descanso.
Y hago cuentas de cuanto he ganado
y se que he ganado mucho
porque te tuve entre mis brazos.
Te saboree con mis labios
y me complací con el canto de tu voz.
Apenas te has marchado
y ya te estoy extrañando
porque en la piel quedó tu perfume
y la sensación de que sigues
danzando por todo el ambiente.
Las caricias aún enloquecen,
no se han apaciguado
porque el instante no fue suficiente
para mostrarte cuanto te amo
y descargar el sentimiento
que me crea tu presencia.
Y por eso te escribo,
porque el instante que vivimos
solo me ayuda a soñar contigo
ansiando otro momento
donde creamos la vida.
Daniel Valdman