viernes, 12 de enero de 2018

Cura

Recibe tu caricia mi pecho
ahuyentando los males 
que lo aquejan.
Sanadora la palma 
que con cariño
frota los ungüentos curadores.
Se llevan el mal,
las angustias y tristezas
que atacan el alma
debilitando el cuerpo.
No es la poción la que cura.
Es saber que estás presente
en las circunstancias adversas,
en los momentos elocuentes
cuando mas necesito
de tus manos sanadoras.
El amor todo lo puede,
hasta remediar el espíritu.
Daniel Valdman