Tormenta

Están por llegar las tormentas.
Muy oscuros los cielos
para esta hora tempranera.

Los truenos hacen su alboroto

aunque los rayos no se vean

eso dice que están muy cerca

de la cabaña que juntos construimos.

El techo ya está aislado,

recogeré a las gallinas,

acariciaré a la yegua recién nacida

para que no se asuste tanto.

Entraré los caballos a los pesebres

y los perros irán solos a la casa

que con su calor los aguarda

para sanear el frío que se viene.

Y me recibirás con las manos empapadas

por meterlas en la comida que inventas

sabiendo que estoy listo para la cena,

con un hambre descabellada

de arriar el ganado antes de la tormenta.

Y yo feliz de verte cerca

aunque aún no termines tu tarea

porque tu sonrisa es el postre

por donde todo comienza.

Daniel Valdman.

Gaviota

Salpican el cielo las gaviotas

confundiendo a las nubes

tratando de encontrar un destino.

Bajan a comer de la mano

si se les antoja

robando la comida 

de quienes las disfrutan.

Son libres, arrogantes, ladronas

y sin pedir permiso

de las playas se apropian.

Y tu mi amada, eterna soñadora

te apropias de mi alma

y de mi mano robas

el poder del sentimiento

puesto en la caricia

que con travesuras y sonrisas

se me hace imposible no entregarte.

Y te lanzas al vuelo

como reina de las gaviotas

estirando las alas

y que te arrastre el viento

para recorrer otros cielos

que tu imaginación abarca.

Y sentados en la playa,

bajo el murmullo de las olas,

me compartes aventuras

mientras el alma me robas.

Daniel Valdman.

Día

Antes del alba
trinan las aves
anunciando que nuevas esperanzas
están por comenzarse.

Mientras voy preparando el equipaje

sueño con la cosecha

que tendré entre las manos.

Llevo la pala, el azadón 

e iré a buscar el arado

y juntos venderemos en el mercado

lo que con tanto trabajo

hemos cultivado.

No necesito más

para hacer feliz el día

que contar con tu compañía

en estas arduas labores.

Tu atenderás a los compradores

mientras voy descargando los bultos

que no serán pocos, serán muchos

creando el camino a nuestros sueños.

Se acerca el otoño 

con sus lluvias y tormentas.

Deberé arreglar el techo,

limpiar bien las bajantes

para que el calor del hogar se mantenga

y que ninguna gotera

nos distraiga de nuestro romance.

Y estarás tu como el sol brillante

empujando a la vida

cuando se agoten mis energías

y tu beso me de la fuerza

para seguir adelante.

Daniel Valdman.

Jardín

Te escribo para contarte
que la rosa amarilla
ya está florecida,

que los jazmines

rebosan las materas

y que las hortensias

reclaman tu presencia

porque dicen que eres

la única que las acaricia.

No está alegre el jardín,

se nota mucho tu ausencia

y por más que lo cuide

no alcanza mi espíritu

para que brille.

Y así está mi alma

quizás también contagiada

en la tristeza que causa

el no contar con tus manos,

con tus caricias, con tus miradas

que hacen brillar las flores

en el jardín de los sentimientos.

Si, ya vendrán tiempos nuevos

junto con tus primaveras

para hacer florecer los otoños

que invaden nuestra parcela

y la alegría de tu presencia

haga bailar las almas.

Daniel Valdman.

Sirena

Complacidas las rocas de la playa

cuando les agregas tu belleza

lavándose con cada ola

dejando que la espuma 

flote sobre sus caras.

Hermoso es el retrato

que me regalas

dejándolo en la retina de mis ojos

sin que pueda ver espectador extraño

lo que he de grabar en mi memoria.

Sirena dorada de mares infinitos

arrastrándome con tu canto

a las profundidades del sentimiento

hundiéndonos en el mar abierto

para profundizar aún más nuestro romance.

Y las caricias fluyen como aleteos

sin darnos cuenta si nadamos o volamos

pues las nubes son muchos lagos

que transitan por los cielos

y nuestro amor es tan grande

que puede abarcar todo el universo.

Y entre los mares y los cielos,

confundiendo caricias con aleteos,

se me inspiran estos versos

para decirte cuanto te amo.

Daniel Valdman.

Soledad

Tibio atardece en la playa.
La arena casi blanca
hace más fuerte el azul del agua
que baña mis pies y mi alma
entre la rítmica danza
que bailan las olas.

Me voy hundiendo en el horizonte

alejándome de las ciudades,

de los sonidos que ensordecen,

de las carreras a ninguna parte,

de la contaminación del aire

y del hambre que hay 

botado en las calles.

Me voy fundiendo en ese romance

donde se besan el mar y el cielo

y cada vez me siento

ser parte de esa naturaleza.

Quizás sea un momento,

quizás solo sea un instante

pero la libertad de sentirme como un ave

liberado de enigmas y ansiedades

me hace crecer el alma

siendo una gota del mar

queriendo subir al cielo.

Daniel Valdman.

Sueños

Cuando un sueño se realiza

deja el espacio 

para realizar otro sueño.

Pero yo siempre sueño lo mismo,

con tenerte entre mis brazos

y así aunque te tenga

igual te sigo soñando.

Porque tu eres la fantasía

que siempre he anhelado

que hace brillar los jardines,

que siembra estrellas en el cielo,

que me hace bailar en las tormentas

y le pone luz a todas las tinieblas.

Entonces cada día,

cuando el Sol despierta,

veo realizado mi sueño

mientras te escondes entre cobijas

y aspiro el calor de tu espacio

y el perfume que en la almohada dejas

viéndote y sonriéndole

a tu mirada traviesa

desarmándome el alma

al encontrar tanta belleza

que solo se ve en los sueños

conque te sueño cada día.

Daniel Valdman.

Blanco

Se me ocurre blanco

como el color de la vida.

Los pétalos de las margaritas,

las nubes allí en lo alto.

Blanca la paz en cada paloma

y blancas también

las almas sanas.

Blanco el mantel

cuando la mesa preparas

y también blancas las sábanas

entre las que me abrazas y me amas.

Blanca tu sonrisa cuando te delatas

de la travesura que inventas

para que yo caiga.

Blancas tus manos regalando caricias

y blanco mi espíritu al recibirlas.

Blanco el papel donde te escribo

y blanco el sentimiento

porque tiene color de alma.

Blanca la espuma que el mar arrastra

y blanco el amor que mi corazón emana.

No hay otro color

que llene tanto el Universo

por eso, el ramo que te entrego

es de rosas blancas,

tan blanco como la pureza

del amor conque me amas.

Daniel Valdman.

Cumpleaños

Vi caer la lagrima
rodando por tu rostro.

La emoción por las palabras

más que retenerla la empujaba

y esperé que llegue a tus labios

para con un beso secarla.

El ramo de rosas tocó tu alma

y la torta de cumpleaños

dio inicio a la fiesta

que solo tu y yo festejamos.

Todos los recuerdos vinieron a tu lado

de otras épocas, de otros tiempos

y dijiste casi en silencio

que es la primera vez que se te celebraba.

Me dolió no traer bombas

o lanzarte serpentinas.

Tampoco preparé chocolate

ni algún regalo traje

para una fecha tan importante

como el día de tu nacimiento.

Y yo se que desde ese momento

estabas destinada 

a compartir conmigo la vida.

Y en la humildad de tenerte

a mi lado día a día

solo traje un ramo de rosas,

un ponqué con una vela,

un abrazo muy grande

y lo más importante

un amor que nunca muere.

Daniel Valdman.

Lejanías

Vacía y fría
la mitad de la cama.

Falta el calor

de tus fantasías

y el espacio

que ocupan tus sueños

siente que ahora los sueñes

en otro lecho

y quizás

me tengas presente

dentro de tu descanso.

Mi alma te acompaña

donde quiera que vayas

pues cada cosa que imagino

la comparto contigo

así, en la distancia

viendo tu dulce cara

en la imagen de mi pensamiento.

No llegas a ser un recuerdo

porque esta lejanía

es solo una circunstancia

que nos implanta la vida

solamente por un momento

quizás para enseñarnos con el tiempo

cuanto nos hacemos falta.

Y algún día,

cuando el motivo sea superado,

nos encontraremos en un abrazo

contándonos cuanto hemos sufrido

al tanto extrañarnos.

Daniel Valdman.

Ausencia

Sin la luz de tu mirada
se me hace oscuro el día
como la falta de tu caricia

le da frío a mi alma.

Estirar el brazo en el lecho

tratando de encontrar tu cuerpo

y hallar el vacío por tu ausencia

decretándolo así la vida.

Te extraño a mi lado

desnuda o vestida

porque contigo se fueron los sueños,

las ilusiones, las fantasías

creadas por tu sonrisa

que ahora tanto me hace falta.

Deseando tu retorno el tiempo no pasa.

Se hacen largas las horas,

se enloquecen mis ansias

perdiendo así la calma

que reclama la paciencia.

Y perdido en la locura

que este esperar me implanta

sigo amándote a la distancia

aunque en la noche

solo abrace el vacío.

Daniel Valdman.

Amaneceres

Avanza la mañana
y el reloj no para
como si el tiempo se acortara
sin lugar para andar despacio.

El minutero no comprende

que uno ya tiene sus años

y que no está para correr

tras las hojas del calendario

por más que amanezca temprano

y que el día ya no alcanza.

Cuatro y media canta el gallo

y desde antes estoy levantado.

Hay que llevar el mercado

a la plaza de abastos.

Darle el maíz a las gallinas,

el alimento a los chanchos,

del pesebre sacar los caballos

para que ellos también despierten

y nada me da tiempo suficiente

para recoger la cosecha

antes que lleguen las tormentas

que tampoco tienen

su día especificado.

Y ya me siento cansado

aunque el día no he empezado

y el minutero sigue girando

comiendose todo el tiempo.

Y así es la vida del campo

entre labranzas y cosechas

creando esperanzas nuevas

en cada amanecer de nuevos días.

Daniel Valdman.

Rosas

Con la página en blanco
el teclado espera
que en él ponga mis manos
para escribir lo que quiera
pero más que desear es sentir
lo que el alma pide se lea.

Y al ver marchitar las rosas

veo que en mi vida

se van cayendo los pétalos

cada vez más rápidos

de lo que realmente quisiera.

El peso de los años

se acentará en mi postura

y serán más cortos los pasos

en el camino que aún me queda.

Y por eso le escribo al amor

porque en su juventud

nunca pierde la ternura

ni el tiempo le pasa

y sus lágrimas y sonrisas

siempre salen desde el alma.

Y por ello amo vivir

porque amar nunca se olvida.

Un beso, una caricia

o una mirada furtiva

que lo dijo todo

en el resplandor de los ojos

y con ello alegró el día.

Si, me siento como una rosa

que en sus últimas instancias

es cuando mejor brilla.

Daniel Valdman.

Insomnio

Duermes
y mis sueños
vuelan contigo.
Tu cabeza en mi brazo,
los pies cruzados
evitando el frío
y el calor de los cuerpos
en un único intento

de sentirse más unidos.

Vuelan mis sueños

teniéndote a mi lado

por paraísos remotos

sin futuros ni pasados

con cielos muy oscuros

y estrellas iluminando

los senderos del destino

sin saber a donde llegan.

Y tu aquí, 

con tu cabeza en mi brazo

por tus sueños navegando

y yo despierto, soñando contigo.

Daniel Valdman. 

Labrando

Cava la pala
la tierra cansada
ayudándole a respirar
nuevos aires.
Cava entre manos arrugadas
y una cara concentrada
en la labor que ejecuta.

Se la prepara para el abono,

luego vendrán las semillas

y con ellas los sueños

y las esperanzas

que salgan los mejores frutos.

Y así en cada gesto, en cada caricia

voy sembrando el sentimiento

para cuando llegue el tiempo del beso

pueda saborear lo que siente tu alma.

Porque no hay mas grande amor

que el dado por la tierra

en cada fruto, en cada hierba

como en cada sonrisa

conque tu me riegas

haciendo de este labrador

el rey de la cosecha

que tu sentir me regala

en cada mirada

que nuestros espíritus siembran.

Daniel Valdman.

Energía

Pudo más la falta de energía

que mi propia madrugada.

Esclavos del electrón

nos hemos convertido

hasta crear una inteligencia

más centrada que la nuestra

para resolver los problemas

que la humanidad no puede

llamándola artificial 

mientras es mucho más inteligente.

Si, somos esclavos de la electricidad

y por ello mis palabras,

las que escribo en las madrugadas,

se tomaron una siesta

que quizás dure hasta mañana.

Daniel Valdman.

Puro

Para poderte amar
me quité las ligaduras
que me unían al pasado
dejando de lado

aventuras y travesuras

conque viví tantos años.

Puse en blanco la conciencia

arrebatando los remordimientos

dejando limpia el alma

para entregarla a tus manos.

La pureza de este amor

debe ser casi santa

en cada caricia, en cada beso

sin pecado en ello

ni espíritu que lo juzgue.

Debe ser como el principio

de un adolescente

descubriendo el sentimiento

que llena su mente

y es incapás de controlarlo.

Y por eso, 

me desprendo del pasado

para comenzar contigo

a vivir.

Daniel Valdman.

Espíritu

Se marchitan las fuerzas

al transcurrir cada día

como sucede con las rosas

cuando comienza su agonía

soltando cada pétalo

aferrándose a la vida

tratando de prolongar su existencia

haciéndose más grandes y más bellas

dejando el último suspiro

en su caída.

A todos nos pasa, es la naturaleza

que a falta de la fuerza

para mantenernos altivos

recurrimos a la experiencia

para evitar los movimientos.

Cuesta admitir 

que no somos los mismos.

Las juventudes se han ido

cambiándolas por sabiduría

mientras la piel se marchita

al igual que a las rosas

que en su momento crucial

se tornan más hermosas

y nosotros, nuestra belleza

la mostramos en el alma.

Y es por eso mi amada

que no me canso de mirarte,

ya no con los ojos de la cara

sino, con la profundidad del espíritu.

Daniel Valdman.

Fuga

Este es el momento

para cambiar de rumbo.

Aprovecha cada día

como si fuera el último.

Olvidate de la rutina

y comienza de nuevo.

Abre la ventana y grita

sacándote todo de encima

de lo que llevas dentro 

dándole un soplo a los pulmones

y un empujón a la conciencia.

Entiende que es tu vida

y puedes hacer lo que quieras

pues nadie la vivirá por tu cuenta

y la aventura está aquí cerca

solo abriéndole la puerta

permitiendo que vuelen los sueños.

Acaba con los encierros

que enceguecen y obstaculizan.

Libera en tu alma las ánsias

y juntate con la naturaleza.

Envuélvete en su caricia

como el árbol que te espera

y aspira el aire del amor

pues es lo único que da vida.

Daniel Valdman.

Luz

No soy muy pretencioso
pero vi la Luna en el firmamento
completa, radiante
en un límpio cielo
sin ninguna nube que la opaque.

Y pensé en llevártela como regalo.

Busqué algo que dijese

a quien pertenecía

y no hallé ninguna palabra,

ni siquiera un nombre

y sentí que la oportunidad era mía

para bajártela del Cosmos

dejando que ella con su luz

ilumine toda tu vida

borrando así las sombras

que por tu mente transitan.

Y monté una escalera

y luego otra y luego otra

y cuando estaba muy alto

una voz me dijo

por qué eres tan egoísta?

Acaso la Luna tiene un nombre,

y si no lo tiene, es de todos.

La reflección me dejó acongojado

por no poderte traer el regalo

que soñé por un instante

pero triste y angustiado

una caricia te traje.

Y sentí para qué quieres la Luna

si tu para mi

eres la mayor estrella.

Daniel Valdman.

Mágico

No te quiero convencer.
Mi amor es sincero
y si aveces me equivoco,
soy humano, lo lamento.

Y si no te trato como princesa,

discúlpame, pero eres la reina

de todos mis sentimientos.

Y si bromeo de tus dolencias

es para ver tu sonrisa

y así alegrar mi espíritu

sabiendo que la alegría

también sana y cicatriza

los dolores del alma.

No, no te quiero convencer

porque soy súbdito de tus encantos

y esclavo de tus caricias

pues le das sentido a la vida

transformando desiertos en jardines

con rosas, margaritas y jasmines

poniéndole perfumes y colores a las sombras.

Robando relámpagos a las tormentas

convirtiéndolos en aves

que trinándo con los truenos

forman orquestas universales

mientras la magia de tu abrazo

derrite mi alma

y el agua que cae del cielo

nos hace bailar bajo la lluvia.

Daniel Valdman.

Inviernos

Propone el frío el encierro
y el abrigo bien apretado
pero no hay más que entibie el espíritu
que el calor de tu mano
cuando el cariño en la caricia
me llega hasta el alma.

Se descubren los sentimientos,

el ambiente se llena de gracia

mientras me quedo en tu mirada

disfrutando toda su belleza.

Y en el tiempo de este romance,

cuando las nieves llenaron las cabezas

y los vientos de la vida

ajaron ya las pieles,

tengo tu caricia latente

con el calor que me somete

a seguir amándote.

Ya llegamos a este invierno,

de tantos que hemos pasado

y en un beso apasionado

nos decimos gracias por tenernos

y más que todo, por amarnos.

Daniel Valdman.

Favor

Estira la mano,
no importa a quién sea,
siempre habrá alguien

que necesite un abrazo

o un oído que escuche
las dolencias del alma.

No todos los corazones

tienen tu fortaleza.

Úsala para el bien

porque del mal

el mundo está plagado.

Se conciente que tu puedes

llevarte bien contigo mismo

y que tienes los amigos

que le dan luz a tu vida.

Pero a quienes 

que la soledad los obliga

andar a tientas por senderos

que tu no has conocido

y caen en los abismos

porque no hay una mano

que se les tienda.

Y por eso te pido

a ti,  mi desconocido,

que tiendas la mano,

sin importar a quien fuera

porque aún tienes la fuerza

para salvar un alma.

Daniel Valdman.