martes, 1 de marzo de 2022

Refugio

El bunquer es pequeño,
no cabemos tantos
y están las parturientas
y los niños llorando.
Los túneles del metro
están abarrotados
con temor a que los inunden
como sucedió en el pasado.
Las sirenas son por los aviones
pero por las balas de cañones
no hay ninguna advertencia.
Salir a la calle es un dilema
o un acto de coraje
al que no todos se atreven.
Escasea la comida,
el agua es una fantasía
que enmudece las gargantas
y da más deseo todavía.
Así no es la vida.
Asi son los sobrevivientes
ante el ímpetu de aquellos
que nos les importa la gente
solo su avaricia, su ambición
teniendo el poder latente
de ser grandes destructores
mostrando su cobardía
aparapetados entre tanques y aviones
mientras el pueblo, ya muy pobre
se refugia en el bunquer
sin agua, sin comida.
Daniel Valdman