buscando la calma,
la que ansía tu alma
con sed de cariño.
Testigo es el silencio
de tanto sentimiento
mientras acaricio tu espalda
y sientes el latir en mi pecho.
Sobran las palabras.
Se pierden las miradas
y un manto de ternura
envuelve el momento.
Se estremecen mis brazos
al apretarte
y quizás un beso
se escape en ese instante
como uniendo aún más
nuestros espíritus.
Y te amo, y me amas
deseando quedarnos allí,
en ese preciso tiempo
para hacerlo eterno.
