La quietud de la ciudad
crea en el silencio un reino.
Descansa la rutina
y quien más trabaja es el lecho
regalando más tiempo a los sueños
que sin afanes,
romoncean con la almohada.
El desayuno caliente
hoy se sirve en la cama
porque no hay obligaciones
aunque sea una tostada
y el café humenate.
Placer que no siempre
puede festejarse
y este día patrio exige celebrarce.
Aún no te levantes,
hoy no es temprano ni tarde,
la rutina espera hasta mañana
con sus carreras cotidianas
y con la bulla de la gente.
Hoy las calles están vacías,
no hay de qué preocuparse.
Siente un rato más las cobijas
y hazme espacio
para a tu lado recostarme
a sabiendas que hoy es día patrio
y este día, no tiene afanes.
Daniel Valdman.