jueves, 16 de julio de 2015

Amanecer

Te miraba a mi lado dormida
entregada a la paz, tranquila,
y la felicidad de tu presencia
llenó mi espíritu de agradecimiento.
Qué grande es la suerte que tengo
sabiéndote a mi lado para compartir la vida,
en todos los instantes que se presenten,
en cada segundo de un suspiro;
compartiendo los amaneceres fríos
y la tibieza de la caricia,
aunque estés dormida.
Te veo frente a mi
y me doy cuenta que eres mi sueño,
que así, estando despierto,
soy consiente que te busqué
desde el principio de los tiempos.
Daniel Valdman