Sabemos quienes somos,
conocemos lo que sentimos
porque una inmensidad de cariño
brota cuando estamos solos
alejados del barullo
que tantas veces nos separa.
Robamos cualquier momento
para llamarnos, para vernos
porque el tiempo es corto
para entregarnos lo que tenemos.
Y no alcanzan las caricias ni los besos
ni las miradas intensas
que atraviesan los espíritus.
Y a ese instante tan preciado
tratamos de aprovecharlo
sin decirnos nada,
ni siquiera un te quiero,
ni tampoco un te amo,
ni siquiera una palabra
porque el silencio de las almas
está cargado de sentimiento.
Y te amo, y te quiero
y por esos instantes pequeños
que seguimos robando,
soy capas de dar la vida.
Daniel Valdman
