tierno y dulce,
mirándome de frente
con ansia y con pena,
como esperando la caricia
que siempre llega
porque me llenas de cariño,
sin decirlo,
tan solo con la mirada.
Y cojo tu cara
con mis manos
para tenerla más dentro mío
y amarla como te amo,
en el silencio más profundo
de los sentidos,
porque al tenerte y mirarte así,
entre mis manos y sin palabras,
no te doy mi corazón,
te entrego el alma.
