al tendersela al necesitado
haciéndole sentir
que no está solo.
Cuando se apoya en un hombro
comprendiendo alguna penuria.
Cuando comparte la carga
de algo muy pesado
dividiendo el esfuerzo
para que sea más liviano.
Pero tus manos en mi rostro
tienen un sentir distinto.
Saben a cariño,
a comprensión,
a esperanza.
Al amor que me tienes
y a los sueños
que juntos anhelamos.
Tus manos son
la frescura de la vida.
Y te amo
y por ello,
también pongo
tu rostro en mis manos.