mientras me abrazas
y será la constancia
de cada día.
Rozaré tu falda,
me besarás la mejilla
y mirando mi cara
dirás que me amas
y que el café está listo.
Lo serviremos en pocillos
y nos sentaremos frente a frente
para no perdernos un instante
en sentir que nos queremos.
Y así amaneceremos
compartiendo el café
y la vida.