crea primaveras ante las miradas
donde las caricias pausadas
dan señales de agradecimiento
por compartir tanto sentimiento
ante los clamores de las almas.
Desaparecen las soledades,
las mentes se aclaran
sin tener que pensar en nada,
solamente sintiendo
la calidez del cariño
en un gesto, en una palabra
o en la profundidad del silencio
mientras hablan las miradas
con las manos apretadas
compartiendo el calor de los espíritus.
Y en el otoño de nuestros tiempos,
cuando ya vivimos todo
nos complacemos en las miradas
creando simpre primaveras.
Daniel Valdman.